Estos días salió esta noticia, no sé de cuándo es su información original, esta noticia curiosa.Trata sobre unos peculiares y sorprendentes zapatos, no unos normales, sino unos zapatos de espías, de profesionales espías.
¿Y cuál es su peculiaridad, dirán ustedes? Pues, tratándose de espías, cuyo fundamento principal es pasar inadvertidos u ocultos la mayor parte del tiempo básicamente. Y, cuando esto no es posible, borrar las huellas de sus pasos, despegar a su perseguidores, y escapar a las posibles represalias.
Hércules y el ladrón de ganado Caco
Para eso se muestran estos zapatos de espías, utilizados, al parecer, en la Primera Guerra Mundial. Lo de espía que tienen es lo siguiente: si uno mira bien, los zapatos tienen la suela invertida, de tal manera que cuando caminan,la huella de los mismos marca el sentido contrario de la marcha.
Al leer esto, recordé el episodio, un episodio parecido del mundo clásico. Se encuentra en la Eneida, libro 8, donde aparece la monstruosa y repelente figura de un desaprensivo ladrón, de nombre, obviamente, Caco.
Este Caco, padre de todos los otros cacos que en el mundo siguen en la brecha, osado que era, no tuvo inconveniente en robar unos hermosos bovinos del rebaño que el Alcides Heracles había traído en aquellos tiempos hasta Italia.
¿Y qué treta empleó para que el monstruoso ladrón no pudiera localizar su senda? Pues la misma, parecida, que la de estos espías artesanales de la primera contienda mundial, esto es, hacer que caminaran al revés del sentido de su marcha.
Esto mismo fue lo que hizo Hércules. Tiró de la cola a los animales, de tal manera que las huellas de estos marcaban indicaban el sentido de la marcha inverso al que realmente hacían.
El episodio, tal como lo cuenta la Eneida, es el siguiente:
Aquí estuvo la gruta, escondida en vasto abrigo,
que la figura terrible del medio humano Caco ocupaba
…
Pero la mente fiera del ladrón Caco, por nada dejar 205
de crimen o engaño sin osar o probar,
sacó de sus pesebres cuatro toros de hermosa
figura y otras tantas novillas con mejor aspecto,
y a todos ellos, para no dejar huellas de la marcha de sus pasos,
arrastrados por la cola a la cueva y con las marcas de las patas 210
al revés, los ocultaba el raptor en su ciega guarida;
ninguna señal llevaba al que buscase a la cueva.
hic spelunca fuit uasto summota recessu,
semihominis Caci facies quam dira tenebat
…
at furis Caci mens effera, ne quid inausum 205
aut intractatum scelerisue doliue fuisset,
quattuor a stabulis praestanti corpore tauros
auertit, totidem forma superante iuuencas.
atque hos, ne qua forent pedibus uestigia rectis,
cauda in speluncam tractos uersisque uiarum 210
indiciis raptor saxo occultabat opaco;
quaerenti nulla ad speluncam signa ferebant.
…
Se ve, por lo tanto, la influencia de la cultura clásica, hoy ya abandonada, lo fructífera que siempre ha sido la cultura clásica para todas las facetas de la vida social, incluso la más insospechadas. El zapatero de espías tuvo que ser un provechoso lector de la Eneida en su época, seguramente.