lunes, 20 de febrero de 2023

MEDUSA, UN MITO EN EL ARTE

 MEDUSA. UN MITO EN EL ARTE

Dña. María Engracia Muñoz Santos.


La segunda charla del ciclo de conferencias fue expuesta por la arqueóloga y profesora M. Engracia Muñoz Santos.

Lejos de ser una charla especializada en el ámbito arqueológico, se trató, desde una perspectiva histórica e iconográfica, de los diferentes significados que la figura de Medusa o la Medusa ha tenido a lo largo de los siglos, hasta llegar a hoy mismo.

Hoy mismo, decía, porque, y esta era una de sus preocupaciones, el mundo clásico, las humanidades clásicas, el latín, e griego, no son parcelas culturales marginales y abandonadas, como nos están haciendo creer los distintos planes académicos y la sociedad tecnológica que parece haberlo descubierto todo de nuevo.

Hasta hoy, decíamos, porque en la recién estrenada serie Miércoles, de la cadena Netflix, uno de sus personajes, ataviado con una capucha en la cabeza para que no se le soltaran las serpientes del cabello, revivía a la figura mítica de la bella u horrible divinidad.

De la serie Miércoles, de Netflix.

Bella o divina, pues, como dijo la profesora, en sus inicios, y luego, en diferentes épocas de la historia y la iconografía, la figura de Medusa se ha representado como una mujer bella, muy bella. Así lo testimonian los primeros textos que se refieren a ella, y luego imágenes de la época, primera época de la cultura griega arcaica.

Luego, en lugar de bella, se nos mostrará como horrible, con una boca en sonrisa grotesca, con una función claramente apotropaica.

La Medusa “viva” y pavorosa de Caravaggio.


Además, en su iconografía figuran también unas alas, aparte de las consabidas serpientes.

Su otro rasgo definitorio, la petrificación, volvió a retrotraernos, decía la profesora, ha revivido el mundo clásico. 

Pues ¿acaso no sigue rediviva la persona de la Gorgona?

meme de Medusa

Recordemos, de paso, que eran tres, y ella, Medusa, la más guapa, las otras dos, con sus nombres, eran idénticas en aspecto, serpientes incluida, pero diferentes de Medusa en una cosa, eran inmortales).

Reivindicaba decíamos, la profesora Muñoz el mundo clásico a través del eco y el reconocimiento que aún hoy, esta figura que a ella le parecía una de las más fascinantes de la mitología, aún hoy, en la cultura popular, véase si no los memes, aún hoy su historia y su personaje es conocido, y ello por el atractivo que tiene su historia, su vivencia y el mito.

Valor este que a veces no tenemos en cuenta, pues el mundo clásico no sólo es el mundo erudito de filólogos y gramático, latinistas y helenistas, sino también toda la colección de historias y personajes, del mito principalmente, pero también de la literatura, y por su parte, los personajes, hechos y acontecimientos de la historia antigua, que han pasado a formar parte, y siguen viviendo, adaptándose a las época, todavía hoy.

En ese sentido es que son universales y eternos estos personajes del mito, pues no se agotan en una generación o una época, su modelo y ejemplo vale para siempre y cada época encuentra su forma de adaptarlo y revivirlo.

Para ello, como ya mencionamos al principio, la profesora en su afán de vincular mito y actualidad, nos recordó las campañas del Me too que han utilizado la figura de Medusa.


Perseo y Medusa, de Cellini.


La Medusa feminista de Me too (alguns dicen que debía tener la cabeza de Poseidón, 

no de Perseo, pero aún así, es todo un manifiesto


Otra cosa que resaltó la profesora era que tras esa figura de pelambrera y cabellos desparramados, esos cabellos vueltos serpientes, tras esa figura latía la personalidad de la mujer como provocación para el hombre en la cultura griega. Una de las explicaciones a este aspecto monstruoso esconde temores de la sociedad hacia el género femenino.

También habría que resaltar el papel de Atenea en el mito. Medusa, el mito dice, es violentada por Poseidón en un templo de la diosa. Pero, en castigo de tal sacrilegio, Atenea la convierte en el ser monstruoso que termina siendo. En ningún momento hace recaer las culpas en su salvaje tío.

Y, como repitió la ponente, sin embargo, la propia Medusa, su cabeza, acabará insertada en la figura de Atenea, su cabeza laminada posará en el escudo y en su pecho, así termina su relación en un ciclo.


Perseo incorpora la cabeza de Medusa al escudo de Atenea. Del escudo brotan las serpientes de su cabellera.


viernes, 17 de febrero de 2023

AURORA LUQUE, SOBRE LA RECEPCIÓN DE SAFO.

 AURORA LUQUE, SOBRE LA RECEPCIÓN DE SAFO.

 

         Muy interesante, amena y divulgativa estuvo la exposición de la poeta y profesora Dña. Aurora Luque en el curso sobre el Mundo Clásico, organizado por la SEEC de Murcia, a lo largo de febrero y marzo de 2023..

Y muy ilustrativa y clarificadora. Y, también, reivindicativa, de la figura de Safo, como artista, como poeta y creadora, y lejos de leyendas o fake, que la han rodeado a lo largo de los siglos.

De una forma distendida, casi desenfadada, nos fue dando unos conocimientos, interpretaciones e informaciones de gran repercusión, de forma clara e ilustrativa.

Para empezar, las referencias bibliográficas, que nos presentó, el último libro de la autora  Selby Wynn Schwartz, , titulado After Sappho, ; el otro de Hilda Doolitle, MEDUSEA "POEMAS REUNIDOS. NOTAS SOBRE PENSAMIENTO Y VISIÓN. LO SABIA SAFO", son obras de palpitante actualidad, que siguen reivindicando a la poeta después de tanto tiempo, y que nos ha dado a conocer antes de que la obra de Schwartz aparezca en el mercado editorial de habla española.

 

Por otro lado, habló de la gran influencia de la poeta en la literatura hispanoamericana del siglo XIX y principios del XX, y, en Inglaterra, en el grupo de poetas, artistas e intelectuales de la época de fines del siglo XIX hasta los felices años veinte, finales de la época victoriana y la Belle Epoque, nos mostró de repente un mundo desconocido donde la figura de Safo y la cultura clásica tenía plena vigencia y, también, vivencia.

Fue muy revelador desmontar la noticia, que aún figura en los manuales de literatura griega, tampoco sin mucho énfasis, la verdad, pues desde hace tiempo se acepta ya la personalidad y figura de la poetIsa como tal,es decir, fue revelador desmontar, y sobre todo, cómo se forjó, esa leyenda de la Safo mal casada y prototipo de la mujer desdichada.

La profesora, pues, dividió en dos puntos la recepción de Safo en su biografía:

- la Safo legendaria, y

- la Safo textual

La que se ha venido a descubrir, quizás un poco exageradamente, a nuestro entender, en pleno siglo XX y después de más de dos mil quinientos años, es a la Safo textual, es decir, a la Safo poeta o poetisa, la reivindicada ya desde Platón hasta Catulo y Horacio.

Hasta este revelamiento, según la profesora, ha predominado la Safo legendaria que, según nos expuso, comenzó con la noticia en Ovidio, la de que Safo se había casado, su matrimonio fue desgraciado y ella misma entonces se convirtió en el prototipo de mujer desgraciada.

Así pues, y siguiendo la línea que ya reconocieron Platón y Horacio, por citar algunos, la profesora y los nuevos autores con ella, como Schwartz, vuelve a reivindicar a la poeta, a la escritora.

Citó también la influencia de la poetisa en las autoras, sobre todo, de poesía hispanoamericana del XIX, como la autora cubana M. Matamoro.

Como decíamos antes, la poeta fue reivindicada por el grupo de artistas e intelectuales ingleses del primer cuarto del siglo XX, como Isadora Duncan, V. Wolf o Eva Palmer, la refundadora de los festivales de teatro de Delfos.

Porque la recepción de la poeta, de las poetas en general, no fue casi siempre bien recibida. El propio Leopoldo Alas, y otros, muchos otros en verdad, critica a aquellas damas que se aventuran en el arte poético, y lo hace de forma sarcástica y hasta grosera.

Concluyendo, los que han reivindicado a la peta, especialmente en la Inglaterra de principios del s. XX, reivindicaban a la Safo literaria, artista, cantante, y trataban de encaminar sus obras siguiendo lo que aquella proponía, hacer del composición poética, cómo escribir como lo hacía Safo, a partir de las experiencias propias y personales


jueves, 9 de febrero de 2023

ANAGNÓRISIS EN LA NASA: FIGURAS OCULTAS (2016)

 ANAGNÓRISIS EN LA NASA: FIGURAS OCULTAS (2016)

 Película de hace unos pocos años, 2016,  muy admirada y seguida por los espectadores, incluidos los del gremio de las matemáticas en su vertiente didáctica, por cierto, Figuras ocultas (Hidden Figures)  relata la historia del grupo de matemáticas que trabajan en la NASA, en los años sesenta cuando la carrera espacial entre USA y la URSS. 

Un grupo de ellas eran llamadas “calculadoras”, estamos en la época en que precisamente empiezan IBM y los ordenadores, y la computación informática que vendrá de seguido las hará innecesarias. 

Pues bien, unas de estas matemáticas, las más brillantes de mente, tuvieron un papel decisivo en el proyecto americano de ganar a la URSS en la carrera del espacio. La película, de forma paulatina, emotiva y muy bien narrada, nos cuenta la historia de tres de sus principales protagonistas, Katherine Johnson y sus dos amigas, Dorothy Vaughan y Mary Jackson,

Precisamente el episodio que queremos comentar acontece con Katherine. Es una de las escenas culmen del film, aunque hay varias y centradas en la figura de esta misma persona (Katherine, haz el cálculo, que le dicen en el colegio y años después en la mismísima NASA y ante aquel cuadro de ceñudos e e en este caso impostados gerifaltes de la tal organización).

Es, como decimos, una de las escenas emotivas y culminantes del film. Katherine, que acaba de ingresar en la sala de trabajo, es recriminada por el jefe Harrison-Costner por sus frecuentes y prolongadas ausencias. Katherine, sobrepasada por la situación, le responde airada.

   




Y vienen a ser, forzando un poco las cosas, una escena de las que podríamos catalogar de anagnórisis o reconocimiento.

Pero, anagnórisis de quién, podríamos preguntarnos. Aunque la manifestación del reconocimiento la expresa enrabietada y airada la propia Katherine, en verdad no se refiere a ella.

Es decir, se refiere a ella, a ella Katherine y a todo el personal laboral, de los llamados “de color”, que está trabajando en aquellos tiempos en las instalaciones de la NASA y el proyecto espacial. Y se refiere y atañe, también, y realmente, a la NASA, a los usos segregacionistas de la NASA que, en verdad, son los usos y prácticas racistas socialmente aceptadas de toda la sociedad americana de aquellos años sesenta, esos que parecen tan lejanos.

¿Por qué es una escena de anagnórisis? Porque la empapada y afrentada Katherine, interpelada por un Costner también molesto con ella, no le encuentra explicación a sus frecuentes ausencias, la sufrida Katherine le responde con una alegato antirracista, encarnado en su persona y las condiciones racistas en que trabaja.

Denuncia y pone de manifiesto, al tiempo, el profundo racismo en el que se vive en aquel lugar, en aquella institución de la NASA y en la sociedad norteamericana en general.

Terminado su alegato antirracista, se hace un silencio ominoso, pues nadie se atreve a replicar nada ante la contundencia y la evidencia de los hechos, de los que todos son cómplices de una forma más o menos tácita. Ante el reconocimiento de una situación existente pero oculta, admitida sin más, y que oculta esa cruda desigualdad que Katherine desvela y pone de manifiesto, se produce esta efectista escena de anagnórisis.

El motivo en el que se ancla todo el enfado del jefe Costner es bien claro: sus ausencias son porque tiene que ir al lavabo, a un lavabo en un edificio a un kilómetro de distancia, pues en el mismo edificio donde trabaja no hay, porque tenía que haberlo, no tienen lugar lavabos para gente de color.

El jefe Harrison-Costner se queda perplejo y totalmente absorto.

Además, Katherine, airada totalmente, les recrimina a sus compañeros de trabajo el que la señalen como de color, una marginada, poniendo un letrero a la taza de té que utiliza.


La siguiente escena remata esta escena de reconocimiento. Al principio, oímos unos golpetazos, pero la imagen de donde procede se demora unos instantes. A continuación, la cámara nos enfoca al lugar donde se origina aquel tambaleo. El motivo es claro, el jefe Costner, con un objeto, un bate o parecido, de metal, está dando palos, sacudiendo el letrero de “baños para gente de color”.



Lo hace ante todo el personal de la NASA, la gente blanca y la de color, reunido y dividido en dos grupos en torno a él. Todos en un silencio reverencial, las mujeres de color con una emoción contenida reflejada en los otros de las tres principales protagonistas, Katherine, Dorothy y Mary. Junto al resto de las “calculadoras”, se contemplan como el jefe Costner-Harrison abate aquel símbolo de la segregación racial, toda una escena de reconocimiento también.


Finalmente, Harrison-Costner se gira, algo agotado por los golpes dados,  y sentencia con una frase definitoria, dejando las cosas claras a partir de entonces: “Todos en la NASA meamos de la misma forma. Ni lavabos para gente de color, ni lavabos para blancos, simplemente lavabos”.

Katherine Johnson