Aquí hay unas pautas generales:
Pautas de pronunciación del Latín
La pronunciación del latín es un asunto muy debatido entre filólogos, lingüistas e historiadores de la lengua. Obviamente, no existen grabaciones que puedan atestiguar la pronunciación del latín cuando era una lengua viva (y lo fue durante más de mil años). Es comprensible que su pronunciación ofreciera una gran variedad tanto en el tiempo como en el espacio, a pesar de que su ortografía se fijó muy pronto y se mantuvo sin variaciones importantes durante mucho tiempo, al menos en el registro culto. Algunos filólogos piensan que la relación entre la ortografía latina y su pronunciación pudo ser similar a la que hoy existe entre la ortografía francesa o inglesa y sus respectivas pronunciaciones. Desde luego, esto parece natural si consideramos la larga historia del latín y la enorme amplitud geográfica que abarcó. Otro indicio en la misma dirección, aun más concluyente, lo aporta la derivación de las lenguas romances (gallego-portugués, castellano, catalán, francés, italiano, rumano, provenzal...) a partir del latín vulgar (es decir, el latín que se hablaba tras la época clásica o el que hablaba el pueblo más o menos iletrado). Por todo esto, las normas de pronunciación que se ofrecen a continuación son solamente una suposición harto improbable. Se trata, más bien, de una convención entre filólogos y estudiosos (y a veces ni siquiera existe este acuerdo) para facilitar la lectura, el estudio y el aprendizaje del latín y de los textos escritos en esta lengua.
Grosso modo, éstas son las principales reglas fonéticas acordadas de pronunciación del latín:
- c se pronuncia /k/, como en casa, (oclusiva, velar, sorda). No es correcto pronunciar /ch/ antes que e o i, al modo italiano; o /c/ en idéntico contexto, al modo español. Así: cetera se pronuncia /kétera/.
- g se pronuncia /g/, como en gato, (oclusiva, velar, sonora), o como en águila, (fricativa, velar, sonora). Por ejemplo: genus-generis se pronuncia /guénus-guéneris/.
- j no existe en latín clásico. En latín vulgar representa i. Por ejemplo: justitia en lugar de iustitia. Ambos casos pueden pronunciarse /iustítia/ o /yustítia/ (respectivamente, con valor vocálico de i ante vocal, y valor consonántico de i ante vocal).
- qu se pronuncia /ku/. Por ejemplo: que se pronuncia /kué/.
- v se pronuncia /u/. Por ejemplo: veni se pronuncia /uéni/. Pero también se admiten las pronunciaciones /b/ (bilabial fricativa sonora) y /v/ (labiodental, fricativa, sonora), dependerá del origen del latinoparlante. Así, un español pronunciará /béni/ y un italiano pronunciará /véni/
- ll se pronuncia como la l geminada del italiano en Rafaella, /l-l/. Por ejemplo: bellum-belli se pronuncia /bél-lum-bél-li/.
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